Miércoles de miércoles
Lluvia matinal
Pies mojados
Indecisiones
Malas noticias
Estornudos
Mucho ruido
Incertidumbres
Puentes interminables
Despedidas
Había que compensar con algo dulce.
"Voy a sacar número para oculista. Me darán para febrero o marzo... Qué días tengo exámenes en febrero, y en qué turno trabajaré el año que viene? Qué largos son estos procesos, todas las mutualistas me tienen harta."
_ Hola. Voy a sacar turno para oftalmología.
_ Ya te digo... ¿Este miércoles te viene bien?
_ Eh... ¿A qué hora?
_ Puede ser de mañana o de tarde.
_ Perfecto.
"Me taparon la boca", se llama la historia.
Aún no lo puedo creer. Con la emoción no registré ni la hora que me dieron; voy a tener que llamar mañana y preguntar.
Se viene un nuevo mundo, estimados. No sé si mejor o peor, pero imprevisible (sin dudas) y de contornos definidos (espero).
Estimados, en los últimos meses me han llegado mensajes de personas conocidas por acá y por Instagram pidiendo dinero o queriendo cambiar dólares. Evidentemente, proceden de cuentas pirateadas. Quiero que sepan que si les llega algo así “de mi parte”, es falso. Y si les llegan fotos de mi gato… bueno, también sería falso, pero ahí no hay problemas: lo admiran y listo. 🙂
Buenos días.
Primero me ofrecieron 127.000 personas solteras en Montevideo. Después dijeron que eran 2000 más. Probaron con otras ciudades. Sondearon mis preferencias de género. Ahora arremeten con la promesa de confidencialidad, pero de paso me sugieren que varios de mis amigos ya les dijeron que sí.
Y yo que estaría tan tentada si me ofrecieran cosas al estilo de:
* Hay 50.000 hombres solteros en Montevideo que viven con uno o más gatos.
* En tu ciudad 18.000 jugadores de TEG están en busca de contrincantes.
* Hay 57 personas que te acompañarían a buscar fósiles a Rocha.
Bueno, ta, hay categorías minoritarias, pero en líneas generales… Es por ahí.
Este año la despedida del IAVA la tuvimos que hacer en dos turnos, porque el espacio del patio no daba para todos juntos. Generalmente armamos un evento en las canchas que dan sobre Guayabos pero esta vez, con el liceo intervenido, no hubo apoyo de "autoridades" y terminamos gestando la fiesta docentes y familiares.
Fieles a nuestra impronta descontracturada, hicimos una merienda compartida para los tres niveles y dedicamos un rincón especial, un encuentro en el Salón de Actos, para los de sexto. Empezamos compartiendo un video con saludos de algunos docentes que terminó con un mensaje del Director, al que todos aplaudimos largamente. Después hablamos un par de docentes y bajamos al patio, donde cantamos Resistiré por última vez en este año, todos juntos, mientras arriba de nuestras cabezas se iba ennegreciendo el cielo. Fotos, canciones, reparto de recuerdos, torta, refrescos y unas pizzas que fueron ofrecidas a viva voz por "el" Walter, mientras en la Dirección se desarrollaba una ceremonia privada, porque una de las interventoras deja el liceo y otra inspectora va a tomar su lugar.
Qué suerte que nosotros estábamos del otro lado.
Muchos padres, madres y abuelos acompañaron el encuentro. Al decir de una compañera: "una abuela tenía un ramito de flores para darnos y humilde dijo 'No sabía a quién dárselo. Ustedes hicieron todo lo posible por mi nieta' (no sé de quién hablaba). Todo emoción, sembramos y germinó."
Ni bien terminamos con las pizzas y tortas, se largó el diluvio. Muchos chiquilines se quedaron en los patios, disfrutando de la lluvia, y algunos organizaron chapoteos varios, porque los charcos no demoraron en empezar a desbordarse.
Nos quieren partir a la mitad, pero no pudieron sacarnos la alegría.
Qué suerte que nosotros estábamos del otro lado.
Tengo poca experiencia en la educación de adultos. En 2021 di un par de semestres de ProCES, por zoom. Recién este año di clases presenciales, esta vez en el programa Uruguay Estudia (PUE), en la escuela Sanguinetti.
El jueves asistí al cierre de cursos, que implicaba la presentación y defensa de un proyecto realizado en forma grupal. Los docentes ya habíamos corregido los trabajos y todos los estudiantes sabían que estaban aprobados, pero aún así hubo unos cuantos que sufrieron unos nervios como nunca vi en adolescentes. Transpiraban, se les olvidaba la letra mientras ensayaban en los pasillos, nos decían "me voy a quedar en blanco, estudié pero me voy a olvidar de todo". Trabajaron diversos temas, entre ellos la importancia de la música en los adultos mayores, el maltrato animal o el reciclado de alimentos. Algunos presentaron ppt, otros carteleras; hicieron representaciones teatrales o llevaron invitados (por ejemplo unos viejitos que cantan en un coro, a los que nombraron "sus preferidos"). Muchos fueron con sus familias y nos presentaron a todos.
Al terminar cada proyecto hubo abrazos y emociones; algunos se largaron a llorar y terminamos todos conmovidos. Quién sabe qué historias estaban detrás del cierre de ese ciclo, cuántos años (o décadas) de postergación de un logro que para algunos va a significar una posibilidad laboral y para otros un mérito propio, la confirmación de que sí pueden. Las edades van de 21 a sesenta y pico. Los docentes conocemos algunas de sus historias, que no voy a contar pero créanme: son terribles.
El último grupo presentó un proyecto sobre la conservación de las raíces africanas en el candombe de hoy. Eran siete u ocho mujeres que se vinieron maquilladas, con lunas y estrellas y en algún caso de pañuelos en la cabeza. Terminaron cantando una canción (cha cha mulato...), mientras entraban al salón los tambores, tocados por dos compañeros y una chica de otro grupo a la que veo todos los sábados, porque vende verduras en la feria de mi barrio.
Fue una fiesta. Terminamos bailando con los tambores en el patio de la escuela. Yo venía de un día de locos en que me había levantado a las cinco de la mañana para hacer mil cosas para el IAVA, había dado la última clase en el colegio y me había pasado las horas armando doscientos llaveros con mensajes y códigos para los gurises de 17 años del liceo y fui un poco sin energías, pero volví renovada. Esta gente es todo lo que está bien.
No sé cómo me he pasado tantos años sin encarar trabajar con los adultos, pero qué bueno que llegué a conocerlos.
Fue una fiesta.
Afuera: la tormenta.
Adentro: paz.
Paz ahora, porque cuando llegué a casa en medio del diluvio el pobre gato estaba refugiado debajo de unas plantas, tan ensopado como yo. En general tiene refugios, y vuelve seco de las lluvias, pero hoy le fallaron los radares o algo le pasó. Traté de secarlo con toalla pero no se dejó mucho; estuvo media hora acicalándose y recién después pidió comida.
No podía dejarle una ventana abierta con alerta naranja, pero debo reconocer cierta culpa. Curioso que me dé culpa dejar al gato afuera pero no me cuestiono haber salido de casa sin paraguas, en fin.
Cosas que pasan.
Trivia:
Ustedes dirían que esta es la foto de alguien que…?
a) se despertó a las cuatro de la mañana porque tenía demasiadas tareas pendientes.
b) aún no cerró todos los promedios.
c) ayer hizo 200 llaveros de recuerdo para los estudiantes de sexto del IAVA
d) diseñó un sitio ESPECTACULAR para dejarles de recuerdo (por eso los llaveros)
e) pensó un discurso a las cinco de la mañana
f) ayer se despidió de todos los estudiantes del PUE en una fiesta increíble de la que todavía no pudo escribir nada
g) editó un poco la foto porque estaba inmirable
e) todas las anteriores